viernes, 29 de octubre de 2010

Anotaciones sobre el porno. (De la serie de los monstruos)

A veces los gatos se vuelven demasiado hiperactivos. Talvez cuando la lluvia moja la caja de arena, y no encuentran donde vaciar sus tripas. Talvez cuando tienen hambre, o les hace falta compañía.
En fin...
Lo que importa, es que se paran sobre el teclado de la computadora, escriben incoherencias, rasguñan y muerden.

La pornografía es demasiado aburrida.
Peor que la pornografía, es un gato ultraviolento.
Un gato ultraviolento que no te deja ver pornografía.

Antonio Gil

jueves, 28 de octubre de 2010

Hasta luego

 
Las alegrías de hojarasca y lluvia; fueron un acto protocolario, de esos que se diluyen, cuando se pasa al siguiente numeral. No volví a saber de tus extrañas travesías entre párrafos y líneas; pero aprendí que los secretos son la llave de los enigmas. 

Esta noche dormiré sobre el pasado y soñaré especulando. La fantasía es valida en el duelo, como cuando se piensa que los esqueletos tienen olfato.

…Todavía me pregunto a donde te fuiste, para olvidar que nunca estabas.

Antonio Gil

sábado, 23 de octubre de 2010


EMBRIAGAOS

Nota: Poema número 33 de El spleen de París (Los pequeños poemas en prosa).

Hay que estar siempre borracho. Todo consiste en eso: es la única cuestión. Para no sentir la carga horrible del Tiempo, que os rompe los hombros y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin tregua.
Pero ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, de lo que queráis. Pero embriagaos.
Y si alguna vez, en las gradas de un palacio, sobre la hierba verde de un foso, en la tristona soledad de vuestro cuarto, os despertáis, disminuida ya o disipada la embriaguez, preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al ave, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle la hora que es; y el viento, la ola, la estrella, el ave, el reloj, os contestarán: «¡Es hora de emborracharse! Para no ser esclavos y mártires del Tiempo, embriagaos, embriagaos sin cesar. De vino, de poesía o de virtud; de lo que queráis.»
Charles Baudelaire.





LUCERO VESPERTINO